"María es una amiga de tiempo. Su papá ha muerto. Yo no fui al velorio. no me gusta ir. Pero le escribí una carta que durará más que unas flores o un pésame"
Lucía, hijita, esta vez no tuve que salir a buscar a alguien para poder ayudar. Sí mi amor, María es una querida amiga que perdió a su papá hace unos días. Tú ya me conoces no soy de ir a velorio o funerales, me pongo muy mal, no le mandé flores, ni quise darle el pésame. Lo que quise fue escribirle una carta, y lo hice.
Parece mentira Lucía, pero quien más necesita de ti puede ser tu propio padre, madre, hermano o amigo. María y su familia (quienes me ayudaron con ciertos datos para redactar la carta) me enseñaron que lo cotidiano es invisible a nuestros ojos, y que puede que quien más ames o quieras, necesite de tú ayuda, y no lo veas, pensando que todo esta bien. María sonrió hoy, también lloramos, pero sobre todo los dos confiamos. A los dos nos cambiaron el mundo, no éste, sino el espiritual.
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