viernes, 2 de enero de 2015

Historia para Lucía #9: Sintiendo sin sentidos.




Hola Lucía, quizás no recuerdes este día, pero te aseguro que nosotros si lo haremos. Hoy fue el día en que compartiste con niños que no conocías pero que te sonrieron desde que te vieron, te quisieron cargar aunque no podían físicamente hacerlo. Hoy amor, nos contaron una historia que debe ser un mandamiento en tu vida: mantener tu corazón de niña. 

Tu mami me dijo anoche, que tenía pensado ir a un albergue con niños y bebes con discapacidades múltiples. Así que nos levantamos muy temprano y viajamos varios kilómetros por la carretera central, hasta llegar a una casa que, ya desde fuera, respiraba un espíritu diferente. Al entrar, muchos niños se nos tiraron encima como podían, ya que unos no tenían sus brazos o sus piernas, muchos no veían, y otros nos miraban hechados desde su mueble porque no podían hablar ni moverse. Lo que intento enseñarte amor, no es ir a ayudar una vez cada tiempo a los que mas lo necesitan, eso nace y debería ser una constante, lo que quiero que aprendas es lo que yo y mamá vimos hoy. Aprendimos amor, que no importa la dificultad que tengas, jamás te sientas discapacitada, como estos niños, que sin caminar habían recorrido más en la vida que yo, que sin ver, han observado la pureza por medio del sonido de una sonrisa o el canto de un ave. Lucia quiero que aprendas que ellos no son los discapcitados, porque ellos sienten mejor que nosotros sin sus sentidos. Ellos confían en ese corazón de niño que los mueve a sonreír siempre. Sí hijita, "Ellos no caminan, ellos no ven, ellos no hablan, y si nos comparamos con ellos, somos nosotros los discapcitados" somos discapacitados de fe, y de confianza en los demás. Lucha siempre por no serlo, y aprende de ellos nuestros mejores maestros.